Tataki de atún rojo con fresas en Restaurante Pradillo

Tataki de atún rojo con fresas en Restaurante Pradillo

De pequeño estaba firmemente convencido de que las playas se cerraban al acabar el verano, que alguna autoridad superior te prohibía la entrada. En mi cabeza, no sé muy bien porqué, tenía la imagen de unas cadenas de eslabones blancos y rojos cruzada sobre los accesos. Supongo que motivado porque, con la vuelta a clase, nos despedíamos de la playa hasta el año siguiente a pesar de no estar a más de 15 minutos de ella.

No ha sido hasta bien mayor, cuando conseguí tener mi propio medio de transporte, que descubrí el placer de las playas en otoño e invierno. Pasear junto al rumor de las olas, sentir la arena en la planta de los pies sin que parezca que estás caminando por el infierno y la callada soledad, lo convierten en la actividad ideal para una mañana de domingo.

Una de las mejores playas para disfrutarla en otoño es la “playa de lo alemanes”, en Zahara de los atunes, y allí me dirigí el pasado domingo, en busca de playa y atún, para no perder la costumbre. En Zahara, la mayoría de establecimientos de restauración cierran sus puertas con la marcha de los turistas, en espera de la nueva temporada, allá por Semana Santa. No es el caso del Restaurante Pradillo, que gracias a una cocina espectacular y un mejor ambiente, han conseguido mantener sus niveles de reservas de manera que les permite seguir abiertos todo el año.

Pedí unos sabrosos huevos rotos con foie y el tataki de atún rojo con fresas. Como siempre, el atún rojo, fantástico. El tataki de atún rojo salvaje con fresas es una muestra más de lo bien que aportan su visión personal, los chicos de Pradillo, a la comida asiática, exprimiendo nuevos sabores y texturas en una plato, en principio simple, como el tataki. Preparado con descargamento de atún rojo, de consistencia firme y sabor intenso. El plato juega con los destellos ácidos de la fresa y una vinagreta de limón que acompaña a los canónigos, que junto con las cebollas caramelizadas, aportan la parte vegetal al plato. En boca, presentaba un fondo dulce, con toques tostados del tataki y pinceladas ácidas, que dan mucha frescura al plato. El perfecto cierre para un día otoñal de playa.

Fotos cedidas por: Restaurante Pradillo