Almadraba

Comienza el milenario ritual de las almadrabas

En capilla, así se podría decir que nos encontramos quienes amamos todo lo que rodea a la cultura milenaria del atún rojo de almadraba y, muy en especial, a la excepcional gastronomía que se ha y viene generando desde hace décadas en torno a este excepcional producto.

La razón no es otra que el inicio de los trabajos que, allá por mayo, darán el pistoletazo de salida a un carrusel de rutas gastronómicas que arrancará en  Zahara de los Atunes y se extenderá por BarbateConil de la Frontera, Tarifa y San Roque. Hablamos de los trabajos que se realizan en tierra y que son parte importante del montaje de esta arte milenaria de pesca, la almadraba.

Faenas que reactivan la economía en la zona proporcionando unos 400 empleos directos y  que comprenden la revisión y reparación de redes, cables y boyas para, seguidamente y con la  ayuda de las grandes y pesadas anclas, armar las almadrabas frente a las costas gaditanas. Trabajos a los que, en su conjunto, se denomina calamento, paso previo al periodo de pesca.

Será entre finales de abril y principios de mayo cuando comenzarán a llegar a los distintos copos del litoral los grandes bancos de atunes rojos que, tras una larga travesía por el Océano Atlántico,  van en busca del cálido Mediterráneo.

Cabe destacar que, después de los grandes esfuerzos y sacrificios realizados por los almadraberos en los últimos años, lo único que se ha conseguido es la enorme recuperación del recurso, por lo que ahora queda que se recuperen las cuotas de captura perdidas en aras de dicha sostenibilidad.

Recordar que una vez finalizada la campaña de pesca se procederá a desmontar las almadrabas, revisar en tierra los distintos elementos de la misma y almacenarlos de cara al próximo año, trabajos a los que se denomina leva.

Foto: Cedida por Gadira / Texto: Atunéate

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